Crear contenido visual de yoga se ha convertido en uno de los temas más controvertidos dentro de la comunidad yogui. Muchos ven las fotografías o vídeos como actos de ego, marketing vacío o una banalización de la práctica. Sin embargo, detrás del objetivo de la cámara puede haber una intención completamente distinta: conectar, inspirar y hacer que más personas descubran el yoga como camino de transformación.

Barcelona es una de las ciudades con mayor crecimiento del sector wellness y yoga en Europa. Cada mes, cientos de instructores y estudios buscan formas de destacar visualmente su propuesta.

En el mundo del yoga, la conexión, la armonía y la autenticidad son valores fundamentales. Sin embargo, en la era digital actual, transmitir esa esencia a través de imágenes es igual de importante.Aquí es donde entra en juego el fotógrafo de yoga, un profesional capaz de capturar la energía, la serenidad y la pasión que definen a cada instructor y centro.

Esta semana, un nuevo encargo fotográfico me llevó de regreso a mi infancia. Me dirigí al Carrer d'Ernest Lluch, 1, 08904 Barcelona, para realizar un reportaje en Let's Fly, un reconocido centro de yoga aéreo en Collblanc. Lo que no sabía es que esa dirección me transportaría no solo a una experiencia profesional fascinante, sino también a un lugar que no había pisado en muchos años: el barrio donde crecí. Fue una de esas felices coincidencias que te recuerdan que, a veces, la vida te sorprende llevándote a la belleza más inesperada en los lugares más familiares.

Este mes de agosto tuve la fortuna de realizar un reportaje fotográfico de yoga en un escenario incomparable: la costa de Sant Feliu de Guíxols, en plena Costa Brava. Allí, entre el azul del mar y la calma del horizonte, se desarrolló una práctica de SupYoga que resultó ser tan inspiradora como fotogénica.

Esta semana, mi cámara y yo tuvimos el privilegio de adentrarnos en uno de los centros de yoga más vibrantes y reconocidos de la capital catalana: YogaOne Surya. No fue una visita cualquiera; fue una expedición fotográfica diseñada para capturar la esencia de su comunidad, la dedicación de sus instructores y la energía única que fluye en cada rincón de este santuario del bienestar. El resultado fue un reportaje que va más allá de las posturas, revelando el alma de lo que realmente significa el yoga en la vida de las personas.